"The Songs of Nearby Earth" no es solo un proyecto artístico, sino una plataforma para activar dinámicas comunitarias desde una mirada biorregional y situada.
¿Cómo, a partir del rediseño de un objeto tradicional, podemos mapear recursos materiales y humanos y proponer usos para nuevas necesidades, basados en la idiosincrasia de Jerez? ¿Cómo un instrumento de música y letras de canciones puede permitir sondear la relación de los habitantes con los paisajes patrimoniales pasados, presentes y futuros? ¿Cómo la artesanía puede ser motor de innovación y de arraigo? ¿Cómo los procesos artísticos pueden nutrir programas educativos? ¿Cómo los proyectos situados generan redes entre colectivos existentes?
Estas son algunas de las preguntas clave que abarca el proyecto en el marco del Palimpsest EU project y que fundamentan esta investigación situada.
En este sentido, con el objetivo de reflexionar tanto a nivel local como global, la propuesta se basa en una perspectiva bioregionalista. Pero, ¿qué es el concepto de biorregión? Una biorregión es un territorio cuyos límites no están definidos por fronteras políticas, sino por límites geográficos que tienen en cuenta tanto las comunidades humanas como los ecosistemas. Como nos cuenta Mathias Rollot, hablar de biorregión enfatiza la importancia de las costumbres humanas contextualizadas y la necesidad de entender la interconexión entre lo animal, lo vegetal y lo mineral en un espacio y tiempo determinados. Este enfoque desafía las distinciones tradicionales entre "naturaleza" y "cultura", sugiriendo que ambas coexisten y se entrelazan intrínsecamente. La idea de biorregión nace en los años 70 en EEUU y promueve un cuidado ambiental basado en las características contextuales, fomentando el consumo de productos locales y la promoción de especies nativas, así como la construcción de una sostenibilidad que esté en armonía con la bioregión. Se postula que las comunidades deben conocer la ecología, la economía y la cultura del lugar donde habitan, comprometidas con que sus decisiones diarias beneficien al entorno.
Esta perspectiva nos lleva a abordar conceptos clave que la Fundación Mar Adentro describe muy claramente en su publicación CON/VIVIR Arte y ecología en la educación y que tomamos prestado aquí como un glosario que de alguna forma dibuja nuestro marco conceptual.
- Biocultura: La relación entre diversidad biológica y cultural, es decir, la interconexión de formas profundas entre naturaleza y actividades humanas, originada hace miles de años. Se refiere al conocimiento y prácticas ecológicas locales, la riqueza biológica asociada, así como la herencia, memoria y prácticas vivas asociadas a la naturaleza.
- Enfoque territorial: Considerar y reconocer la particularidad de los territorios y sus comunidades, para alcanzar una mirada integral y sistémica del entramado de interrelaciones entre capital social, cultural y ecológico de cada contexto con el fin de vincular a sectores que han estado excluidos.
- Ecología: Investigación, generación y difusión de las relaciones entre los seres vivos para comprender los diversos ecosistemas, incentivando la curiosidad y la indagación, para valorar la conservación y promover estilos de vida sustentables.
- Interculturalidad: La presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, a través del diálogo y del respeto mutuo.
- Mediación: Espacio de diálogo-escucha en el que se trabaja con relatos individuales y colectivos para crear vínculos y nuevas formas de comprender / actuar en los contextos en los que interactuamos.
- Saberes ancestrales: El conjunto de conocimientos y valores transmitidos por generaciones, que han sido construido de forma colectiva y en comunidad.
- Transdisciplina: Una estrategia de pensamiento e investigación que atraviesa límites disciplinarios para crear un enfoque integral.
Entonces, ¿cómo se ubica la propuesta SONE, o, dicho de otra manera, cómo se enraíza, se nutre y se desarrolla este proceso vinculando esos conceptos con el paisaje patrimonial de Jerez? ¿Qué estrategia nos permite cuestionarlo y viajar entre sus diferentes escalas y capas?
La zambomba encarna la idiosincrasia de Jerez y ofrece una oportunidad única para conectar la biocultura local con prácticas artísticas situadas. Este objeto tradicional, en su materialidad y uso, permite una exploración profunda del enfoque territorial y sus múltiples dimensiones.
- Materialidad ecológica: Sus componentes – orza (arcilla), membrana (muselina, algodón), palo (carrizo) – enlazan con ecosistemas locales y saberes ancestrales de gestión sostenible. La selección y transformación artesanal reflejan una conexión íntima con el entorno, donde la biocultura se manifiesta en recursos y técnicas transmitidas.
- Artesanía transdisciplinar: Su creación integra saberes diversos, desde cerámica y música hasta lutería, fusionando técnica y creatividad para un producto funcional y culturalmente significativo. Este proceso transdisciplinar enriquece el objeto con múltiples capas de conocimiento.
- Música, mediación y ritual: Tocarla, interpretar su repertorio y transmitirlo, promueve la mediación entre individuos y comunidades. Las canciones, a menudo orales, portan historias, valores y memorias que refuerzan la pertenencia. La festividad anual ritualiza la identidad local y los lazos sociales.
- Comunidad intercultural: La zambomba cohesiona a personas de distintas edades y orígenes, fomentando la interculturalidad en un espacio de diálogo e intercambio. La gestión comunitaria de este patrimonio impulsa la participación activa en la preservación identitaria y la construcción colectiva del futuro.
- Espacio público: Su uso en espacios públicos los transforma en escenarios culturales actuando como un elemento dinamizador del espacio público y como una herramienta para fortalecer el tejido social.
A partir de esta comprensión profunda de la zambomba y su relación con la biocultura jerezana, el proyecto propone una serie de acciones transformadoras que se entrelazan para generar un impacto positivo en la comunidad y el entorno:
OBJETO: Rediseño biocultural para la innovación
Se plantea reinterpretar la zambomba, trascendiendo su función tradicional como instrumento musical para convertirla en un elemento activo en la renaturalización del entorno urbano. Este rediseño implica una evolución hacia una maceta o dispositivo cerámico diseñado para albergar vides en la ciudad. Para lograrlo, se recurrirá a materiales locales de Jerez, como la albariza, y a los saberes ancestrales de la artesanía local, aunando técnicas de cultivo, cerámica y lutería. En colaboración con la EASD de Jerez, se investigarán a fondo las propiedades de la albariza local y el uso de esmaltes de cenizas vegetales provenientes de la poda, buscando materiales y procesos sostenibles. El resultado será un objeto híbrido que combina la tradición musical con la innovación ecológica, actuando como un agente de biocultura y renaturalización.
RITUAL: Mediación y creación colectiva para la transformación social
El proyecto busca resignificar un ritual existente asociado a la zambomba, transformándolo en una herramienta de sensibilización y acción comunitaria. Se propone la creación de un evento participativo que promueva un cuidado cíclico del entorno, basado en la alegría, la proactividad y el fortalecimiento de los lazos comunitarios. Este evento servirá como espacio para fomentar el diálogo crítico sobre el paisaje jerezano, utilizando el repertorio tradicional de la zambomba como punto de partida. A través de una metodología creativa y colaborativa, se generará un nuevo cancionero que refleje las voces y perspectivas de los habitantes de Jerez, incorporando nuevas composiciones que inviten a imaginar y construir futuros posibles. De esta manera, el ritual se convierte en un catalizador de mediación e interculturalidad, impulsando la transformación social desde la base.
RENATURALIZACIÓN: Ecología urbana y territorial para la sostenibilidad
Con el objetivo de crear un entorno urbano más habitable y sostenible, el proyecto propone favorecer la sombra y la vegetación en espacios públicos mediante la plantación estratégica de vides utilizando los dispositivos cerámicos inspirados en la zambomba. Esta acción busca mitigar el calor en la ciudad, mejorar la calidad de vida en barrios desfavorecidos y promover la ecología urbana. El diseño de los dispositivos se basará en instalaciones tradicionales presentes en las bodegas jerezanas y en propuestas innovadoras de colectivos activistas locales, conectando el proyecto con la historia y el presente de la ciudad. Además, se busca integrar la plantación de vides en el ritual de cuidado cíclico del entorno, generando una comunidad comprometida con la sostenibilidad a largo plazo. De esta forma, la renaturalización se convierte en un acto colectivo que fortalece el vínculo entre la comunidad y su territorio.